LA REDACCIÓN.-
Este viernes 23 de marzo se llevarán a cabo las elecciones para la nueva dirección de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León, institución que cumple la función de ser el alma intelectual de la más grande universidad del Norte de México.
Los aspirantes dos aspirantes con posibilidades de encabezar la Dirección de la FFyL son José Luis Cavazos Zarazúa, del Colegio de Historia; Francisco Treviño Rodríguez, del Colegio de Lingüística Aplicada en Traducción y Enseñanza del Idioma Inglés.
Sin embargo, invaden los pasillos universitarios la certeza de que esta elección será histórica y de que José Luis Cavazos será quien saldrá victoriosos en el proceso electoral por importantes razones que se desarrollan en un documento que ha sido compartido por los estudiantes, maestros y personal administrativo y de apoyo que ha llegado a nuestra Redacción y del que hace fiel reproducción:
«Tiempo de elecciones, tiempo de decisiones
A los estudiantes de la FFYL de la UANL
Hay quienes toman a juego una elección local y piensan que la única que vale la pena es la de Presidente. En ese sentido una elección universitaria en que la juventud y la brevedad de los procesos influyen mucho, hacen de la misma un jolgorio. La elección para director de la FFYL, tanto en redes sociales como en los pasillos de la institución, toma tintes de juerga y superficialidad. Es por lo anterior que me puse a redactar lo que aquí presento.
Estas líneas no son un regaño, un enjuiciamiento o parte de una campaña en favor o en contra de alguno de los candidatos. Contrario a ello es una invitación para que los actuales alumnos de la facultad tengan una perspectiva distinta. La perspectiva de un egresado, un docente, un adulto, un padre de familia y un enamorado de la facultad. Lo que aquí escribo lo hago desde mi experiencia, mi conocimiento y los años de recorrido dentro de la institución con que seguramente supero en demasía a muchos de quienes lo leerán.
El punto del que debemos partir es reconocer que la política, de manera general, es una actividad ególatra y egoísta. Pocos son quienes ven en ella una posibilidad de servicio. De los cuatro candidatos no puedo asegurar que tengan una intención de servicio; sin embargo uno de ellos, luce como el más ambicioso al carecer de experiencia directiva dentro de la facultad y suena ligado a un partido político de corte conservador.
La vida laboral en la universidad está sin duda unida a intereses de grupo por lo que de la elección no podemos negar que obedezcan a esa lógica. Importante es observar si esos intereses empatan con los de las mayorías. Les invito a que interroguen a los candidatos al respecto. Parecería que los intereses de un candidato pretenden la continuidad, aunque se sabe que tiene trayectoria y experiencia en la facultad por sobre la actual directora.
Otra cosa que no podemos dejar de lado, son las trasnochadas esperanzas por instaurar modelos ideológicos que desaparecieron en el lejano 1989. Ojivas disfrazadas de ovejas se pasean por la facultad vestidas de democracia, pero esa democracia luce color carmesí. Un candidato aún sueña con la revolución de la hoz y el martillo, no se suma siquiera al socialismo del siglo XXI.
Finalmente uno de los candidatos se ha amachado en ser director en distintas ocasiones. En ninguna de ellas le ha alcanzado. Siempre en la institucionalidad y ante el cobijo de la seguridad que implica ser parte del juego, me hace recordar a Cárdenas (Cuauhtémoc) en 1988, nunca se ha desmarcado.
No les diré cuál es cada uno de los candidatos, tampoco quise escribir un texto simplón.Somos la facultad de Filosofía y Letras y es en nosotros en donde recae la obligación del saber y el discernimiento. Todos a votar, nadie se quede fuera.»
Así las cosas en la FFyL de la UANL, que este viernes tiene una cita con la democracia para definir su futuro y decidir hacia dónde se dirigirán sus acciones y responder a los grandes retos de la actualidad en una ciudad que se encuentra en la antesala de un «boom económico» que como nunca antes necesita de humanistas preparados para enfrentar y dar sentido a la vida pública de Nuevo León.
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